viernes, 21 de febrero de 2014

Moda ¿arte o negocio?



“Denuncias de racismo en la pasarela”

EL PAÍS, Miércoles 19 de Febrero de 2014.
 (Comentario del artículo)




http://es.wikipedia.org/wiki/Moda


En este artículo se cuestiona si la pasarela de la Semana de la Moda de Londres es reflejo de la multietnicidad londinense, o si por el contrario va por otros caminos, vistas las actitudes de algunos diseñadores hacia las modelos de raza negra.

Aquí vemos reflejado cómo entran en conflicto la libertad de los diseñadores para controlar su producto hasta la pasarela, y la importancia de los estereotipos en el sector de la moda.
Si entendemos la moda como un arte (que lo es), se puede comprender que cada diseñador quiera sentirse libre para elegir quién lucirá sus prendas de vestir. Pero el problema es que la moda no sólo incluye un factor de creación, sino que también es un negocio: busca llegar a la mayor cantidad posible de gente y, sobre todo, no dar mala imagen. Si se producen conductas racistas en la organización de la pasarela (como cualquier otra actitud antiética, tal como poco ecologismo o machismo), un sector importante y comprometido de la población no querrá que le saquen la foto de turno con “el diseñador que no quiere modelos negras”.
Yo creo que esta doble cualidad de la moda, arte/negocio, es la que causa situaciones que rozan el absurdo. Ahora es el racismo lo que se denuncia en la moda, y está bien, pero no es su único fallo: la moda es sexista, elitista, crea necesidades antes inexistentes sólo para vender mejor ciertos productos...
La moda es un espectáculo un tanto absurdo que no refleja en absoluto las tendencias de la calle (¡al menos en tiempo de crisis económica!). Una persona normal se compra algo de algún diseñador que le guste en una ocasión puntual, como una boda, una fiesta, o similar, pero nadie normal va vestido de Armani todos los días al trabajo.
Por otra parte hay diseñadores que para darse a conocer buscan llamar la atención a toda costa, sea con modelos con la cara tapada (David Delfín), diseñando ropas que seguramente nadie llevará (aunque luego tiene otra línea de ropa que no incluye el saco y que, ésa sí, tiene éxito entre la “jet set”).
También discrimina a la gente de tallas grandes, que somos todas las que pasamos de la talla 38, creando una tendencia entre las mujeres a luchar siempre por estar más delgadas.
Respecto a esa aseveración, la de que la pasarela es el reflejo de la calle, creo que más bien es al revés, es la calle la que luego va adoptando algunas tendencias mostradas en la pasarela.
Por eso, por la influencia que estos eventos tienen en la ropa que cadenas como Zara “diseñarán” en la próxima temporada, es importante que la moda sea “para los altos, para los bajos, para los rubios, para los morenos...” como anunciaba la publicidad de Coca-Cola.
El problema es la coexistencia de la libertad creativa del diseñador, y su responsabilidad social como creador de tendencias.

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