Fukushima
La central nuclear deFukushima I es un conjunto de seis reactores nucleares, diseñados
por la compañía estadounidense General Electric, que está en
funcionamiento desde el año 1971.
Durante la década de
1960, Estados Unidos era el dueño de la tecnología nuclear y apoyó
a Japón para que la implantase, consumiendo materiales como Uranio y
Boro, abundantes en la minería americana.
En concreto, esta
central, Fukushima I, sólo contaba con un muro de contención de
seis metros, a pesar de que en la zona había riesgo de tsunamis
(olas gigantes) de hasta 38 metros. Así, el 11 de marzo de 2011
tras un terremoto y posterior tsunami, la central sufrió graves
daños.
Pero éste no es el
primero de los accidentes que sufre dicha central: el 25 de febrero
de 2009 se produce una alarma de alta presión, el 26 de marzo del
2009 saltó la alarma por la apertura de una de las válvulas; el 2
de noviembre de 2010 se dispara la alarma por bajo nivel de agua.
Pero el 11 de marzo
de 2011 se produjo un maremoto de magnitud 9.0 en la costa noreste de
Japón, seguido por un tsunami.
La red eléctrica y la
electricidad generadas en la central nuclear pueden ser utilizadas
para enfriar los reactores y controlarlos, pero con la llegada del
tsunami este recurso se inutilizó: la central quedó sin control.
El maremoto inundó y
desmanteló todo.
Se declaró un estado de
emergencia al fallar la refrigeración de uno de los reactores. La
presión del vapor de agua duplicó lo permitido y se liberó a la
atmósfera, conteniendo material radiactivo en cantidad no
determinada.
Los niveles de Yodo
radiactivo en el agua del mar, en las inmediaciones de la central
eran 1850 veces mayores de lo que marcan los límites legales.
Las autoridades
comenzaron a distribuir Yodo, un isótopo no radiactivo, elemento
eficaz contra el cáncer de tiroides derivado de la exposición a la
radiación (poco remedio para tan gran desastre). Si tenemos en
cuenta que uno de los reactores afectados, el 3, empleaba un
combustible especialmente peligroso: “MOX”, formado por una
mezcla de Uranio y Plutonio.
Y estos materiales se
expandieron por todo el planeta: algunos días después se detectó
Yodo radiactivo en Finlandia; el miércoles 27 de abril se detectó
en España.
El gobierno japonés
reconoció que la central nuclear no podrá volver a ser operativa
(¿hace falta un tsunami para cerrar una central nuclear, me
pregunto?).
Entre otras consecuencias
políticas, en España, la asociación Ecologistas en Acción pidió
el adelanto del cierre de la central nuclear de Garoña, cuyo reactor
también fue fabricado en EEUU y es el mismo modelo que el que tenía
la central de Fukushima I.
En Cataluña, Artur Mas
rechaza que se construyan nuevas centrales en dicha comunidad
autónoma, por considerar una “temeridad” apostar por una
tecnología en la que todavía no se sabe qué hacer con los residuos
que genera y que son de una peligrosidad extrema.
Ante tanta falta de
prevención nos preguntamos si no hay organismos oficiales que
regulen el funcionamiento de tales centrales. Sí, los hay (Organismo
Internacional de Energía Atómica: OIEA), cuyos componentes
provienen de la industria , y a la vista del accidente de Fukushima
se ve que no habían cumplido su labor reguladora. De hecho
aseguraron, después del accidente de Chernobil, que “la industria
nuclear nos dijo que no iba a volver a pasar”. (¿Puede ser fiable
una organización así?).
Por otra parte, el
combustible nuclear MOX(mezcla de óxido de Uranio y óxido de
Plutonio), que la empresa francesa Areva estaba usando
experimentalmente en dos centrales nucleares japonesas, era tan
peigroso que Greenpeace ya advirtió en 2001 que debía ser
abandonado por su alto riesgo y dejar de enviarse a la central de
Fukushima I ya que los reactores convencionales no estaban preparados
para ese combustible.
De todos modos en ciertos
países como Francia el secreto sobre las actividades nucleares,
civiles y militares es total, y existe conflicto entre la OMS
(Organización Mundial de la Salud) y la antes mencionada OIEA.
¿Por qué se sigue
explotando este tipo de energía? ¿Por qué no se invierte más en
el desarrollo de tecnologías relacionadas con las energías
renovables? Tenemos el Sol que es una fuente de energía
prácticamente inagotable (al menos en términos humanos), del que
pueden ser aprovechados su radiación electromagnética, su calor,
sus efectos sobre la atmósfera tales como vientos, energía eólica,
etc).
Y todavía queda mucho
por hablar, por ejemplo: ¿cómo “descontaminamos” las aguas
subterráneas y la lluvia?.
Por último, señalar que se produjo, de cara a la
sede de Japón de los Juegos Olímpicos, más gasto en publicidad que
en tener una central nuclear más segura.