domingo, 9 de diciembre de 2012

Cantiga humilde

 


 
Esta é unha cantiga humilde.
Dende hai moitos anos
aos meniños dicíanlle:

"Durme, meu Rei.
Durme, homiño pequeno,
tranquilo, que eu te protexo
para que ninguén 
che roube os soños,
benditos soños
  cheos de paz,
    cheos de tenrura,
      cheos de amor.
Durme, meu Rei..."






sábado, 1 de diciembre de 2012

Navidad


Esta noche (el 24 de Diciembre) los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús.
Yo estoy un tanto alejada de la religión, intento actualizar antiguos sentimientos, a veces creo, y siento abrigado el corazón, otras veces me tienta la comodidad de no creer en nada, de hacerlo todo de la manera más simple posible. Y me siento culpable de tanto ir y venir, quisiera quedarme ya, definitivamente, en el bando de los creyentes al cien por cien. Sentir el amor a un ser superior (y sin embargo tan humilde).
Humilde desde su nacimiento hasta su muerte.
No tenía nada, nació en un pesebre, y cuando llegó a los 33 lo matamos y Él se dejó matar (hubiera podido huir).
Le pusieron una corona de espinas que a mí me recuerda a las batallas mentales que tengo a veces.
Le trataron como a un delincuente y la historia completa es muy larga, pero lo más importante es celebrar que en un día como hoy nació, y tuvo el cariño de su madre, quien lo trató con la ternura que todos los niños merecen.

Dios en un bebé que necesitaba todo tipo de cuidados.

La Virgen dándole todo.

Es cierto que lo tratamos mal, pero hubo una persona que lo cuidó, lo mimó, y a mí me quita un peso de encima.

Yo, en estas Navidades, celebraré no el dolor de la cucifixión, sino la ternura que seguro recibió de su madre.

Celebraré la ternura, el cariño, la inocencia,... Es gratificante pensar que también recibió amor.

martes, 6 de noviembre de 2012

Los recuerdos


Siempre estarán ahí las formas vacíasque deja el pasado y que nos van dando la forma que tenemos en el momento presente. Los vacíos de ayer formaron los recipientes dehoy.

Quien mira atrás se vuelve estatua de sal, incapaz de avanzar, imposible retroceder.

Con el calor-color de los amigos, de las personas queridas-amadas-odiadas de todos los días, conformamos un presente más o menos llevadero. ¿Para qué mirar atrás?


Posibilidades de lo que pudo haber sido y no fue. (Es duro seguir adelante)

Ausencias repentinas (más duro todavía lo de seguir adelante)

Enfermedades (ya ni sabemos distinguir adelante de atrás).

El pasado es como una semilla que germina en el presente con el alimento de las ilusiones del mañana, sol que alimenta esperanzas.

Mañana será otro día. ¿Qué haremos? ¿Cómo seremos?

Incertidumbre motriz.



martes, 2 de octubre de 2012

La muerte asumida




"Vivo sin vivir en mí
y muero porque no muero”

Creo que estos versos son de Santa Teresa de Jesús.

Son un claro ejemplo de deseo de curiosidad de anhelo por ir a la otra vida.

Somos seres mortales, nacemos, crecemos y morimos.
Es inevitable: se murieron nuestros padres, nuestros abuelos, ya algunos de nuestros amigos... ¿Por qué la vamos a temer?

La muerte no es más que un tránsito, que podemos afrontar con más o menos humildad, resignación, dignidad... Está en nuestras manos el tener una muerte digna.

Si sufrimos, tenemos la ocasión de probar nuestra capacidad de sufrimiento que hemos ido desarrollando a lo largo de la vida. Además no debemos tener miedo del sufrimiento, ya que el organismo humano tiene un umbral del dolor, por encima del cual se desmaya y no sufre más.

Entonces, una vez eliminado el miedo al sufrimiento, que podemos ofrecer como sacrificio por los que se quedan con el dolor de nuestra ausencia aquí, ¿qué más queda por temer?

Es más: deberíamos tener más miedo a una mala vida que a cualquier muerte.

La idea de la muerte debería servir para animarnos a vivir bien, con plenitud, toda el tiempo que nos quede.

No está en nuestras manos cuándo ni cómo vamos a morir. ¿Para qué pensar tanto en ella? Puede producir angustia, ansiedad, agobio...Todos estos sentimientos son inútiles.

Pensemos en qué vamos a hacer aquí y ahora, y hagámoslo lo mejor que podamos:riamos, lloremos, amemos, ...Que la idea de la muerte nos ayude a tomar conciencia de que la vida es ahora, ya.

No sabemos lo que nos va a pasar dentro de cinco minutos, somos un punto azul pálido en el Universo. Una mota de polvo. Casi nada.

Sin embargo, estaría bien que, sin agobios, todos tuviésemos "las maletas hechas", en lo que se refiere a nuestra alma.

Que pudiésemos siempre decir: "me puedo ir ahora mismo, tengo la conciencia tranquila".

Y no más miedo fomentado por la sociedad en que vivimos, que pretende que seamos los amos del mundo (siempre felices, siempre jóvenes, siempre guapos, siempre sanos, siempre con miedo a morirnos y dejar este "fantástico" y comercial mundo), nos espera otra cosa que yo no sabría decir cómo es, pero la vida, aparte de ser un regalo en sí misma, trae premio: cuando se acaba, hay más.

Por eso pienso que deberíamos empezar por nosotros mismos, por vivir como Santa Teresa, que además de no temerla, deseaba la muerte natural, y vivir en plenitud, siempre, a los 60, a los 70, a los 80, a los 90, con cáncer, con SIDA, con depresión o cualquier otra enfermedad que no se da curado... Seamos personas, valientes, dignas, y que esta cultura del marketing y del consumismo, que crea ciudadanos ideales para que consuman sus productos, no nos haga perder el norte.

Como las aves, (como decía San Francisco): Dios proveerá.

Que nuestras almas vivan tranquilas y felices para siempre.

En paz.


martes, 26 de junio de 2012

SOL


Siempre sale el Sol de nuevo. Nacemos constantemente. Nos proponemos proyectos, actitudes, metas... Cada vez que crecemos un poquito más sale el Sol en nuestra vida.

Porque este es el sentido de la vida: crecer, mejorar, ser cada vez mejor personas,

Nunca se acaba el proceso: en este Universo en el que nos encontramos, en este punto azul pálido, donde hay un millón de soles, donde no hay principio ni fin, ¿qué sentido tendría todo si no procuramos ser mejores cada vez que se nos plantea un reto?

Vamos hacia delante, siempre, ya sea cuando nacemos, que venimos desde no se sabe dónde a este pequeño punto azul pálido, ya sea cuando morimos, que no es más que un viaje a otro lugar, a otra dimensión, a otros soles.

Como decía alguien, lo importante no es la cantidad de años vividos, sino la calidad de esos años, aquí o allá.

Siempre tendremos que afrontar las circunstancias que nos sobrevengan, y hacer lo que esté en nuestras manos para llevar una vida sana, tanto emocionalmente, espiritualmente como físicamente.

Si somos jóvenes, de una manera; si somos mayores, de otra. Afortunadamente, la esperanza de vida es cada vez mayor. Pero también tenemos que aprender a envejecer: no tenemos las mismas fuerzas físicas que a los veinte años, por lo que no podemos pretender vivir siempre jóvenes.

La vejez es una etapa en la vida que se vive distinta de la infancia, la juventud o la madurez.

Es tiempo de pensar, de leer, de dormir siestas, de dejarse cuidar, de compartir las emociones con los nuestros. Porque hay muchos estudios sobre la infancia, la adolescencia, la juventud... pero ¿alguien escribió algo sobre cómo envejecer?

Seguimos siendo personas, con metas ya cumplidas, que necesitamos cuidados físicos que asumimos con agradecimiento y humildad.

Personas que tenemos muchos recuerdos para compartir, que ofrecemos como sacrificio a Dios el trabajo que nos cuesta levantarnos por las mañanas (aunque sea un poquito más tarde), los efectos secundarios de la medicación que nos dan, los achaques típicos de la vejez.

No estoy en absoluto de acuerdo con estas personas que a los 90 años se ponen colágeno y se visten como si tuviesen 25. Son máscaras.

La vejez es una etapa de la vida como la infancia (¿no nos parece un disparate ver a un niño de 5 años trabajando en una mina? En el tercer mundo pasa, y no debería pasar, pues la vejez es época de recogimiento y meditación, de aconsejar a los más jóvenes, de seguir aprendiendo, para mantener en forma la mente, de hacer algún ejercicio físico moderado, para mantener en forma el cuerpo y de seguir creciendo , siempre, hasta el último segundo, de que la muerte no nos mate antes de la muerte, de perder el miedo a la palabra muerte, y de estar preparados para entrar humildemente en un mundo nuevo, con amor debajo del brazo).

Hasta el próximo post (¡sabe Dios sobre qué pensaré!)




martes, 15 de mayo de 2012

ConCienciación

Está todo dicho en:

http://www.isabel-cienciaparatodos.blogspot.com

Prometo escribir más en breve.