viernes, 28 de mayo de 2010

Savia

Hay gente incapaz de hacer daño y otra gente que sólo puede hacer el mal.
Intento no hacer daño a nadie, pero que tampoco me lo hagan a mí.
El cielo estrellado me protege, la lluvia me calma, el agua sacia mi sed.
Espero que mi paso por este país verde y húmedo sea fructífero, le debo la vida. (Esté donde esté)
Todavía tengo mucho que aprender, y mucho que dar, gracias a la savia que circula por mis venas.

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