Se entremezclan el sudor y la somnolencia después de comer, con el calor achicharrante de las cuatro de la tarde bajo un sol de justicia.
Verano urbano de ladrillo y asfalto.
El calor me baja la tensión y me mareooooo.....
Espero la lluvia aunque sea tormentosa, siempre refrescará mis pies cansados por el calor y el sobrepeso (más bien obesidad) que tengo.
En estos días, a estas horas, echo de menos la palabra "siesta" (¿Se volverá a utilizar con el cambio climático?). Ojalá que sí: me encanta dormir.
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