A veces tiendo a ver la religión como algo del "más allá" (más allá de esta vida, que tan preocupados nos trae); pero también es cierto que la religión, la espiritualidad,está "más aquí".
Es decir, nos mueve a vivir más conscientemente el presente, más profundamente.
Le da a cada minuto, a cada segundo, una transcendencia que si no no tendría.
Yo detesto los minutos vacíos, las horas absurdas, por eso prefiero, aunque me cueste, llenarlos de vida, de fe.
Fe en que un mundo mejor es posible, en que con base en el amor podemos cambiarlo: gracias a la generosidad, al dar sin reclamar nada a cambio, a la creencia firme de que si queremos podemos cambiar no solo el entorno que nos rodea, sino nuestro propio interior.
Yo también estoy en el camino, aunque a veces cueste, de llenar mi vida, que de vacíos ya estoy harta, sé que no llevan a ningún lado.
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